domingo, 24 de junio de 2007

La ilusión y la desilusión estéticas

Da la impresión de que la mayor parte del arte actual se aboca a una labor de disuasión, de duelo por la imagen y el imaginario, a una labor de duelo estético, las más de las veces fallido. Esto acarrea una especie de melancolía general en el ambiente artístico, el cual parece sobrevivir en el reciclaje de su historia y de sus vestigios. Pareciera que estamos dedicados a una retrospectiva infinita de lo que nos precedió, pero esto es cierto para la política, es cierto para la moral, para la historia, y para el arte también, que no detenta ningún privilegio. Todo el movimiento de la pintura, por ejemplo, se ha retirado del futuro y desplazado hacia el pasado: con la cita, la simulación, la apropiación, al arte actual le ha dado por retomar, de una manera más o menos lúdica, más o menos kitsch, todas las formas, todas las obras del pasado, próximo o lejano, y hasta las formas contemporáneas, eso que Raysel Knorr, un pintor norteamericano, llama "el rapto del arte moderno".

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viernes, 22 de junio de 2007

El Terrorismo

La 4ª guerra mundial está en otra parte

Eventos mundiales no nos han faltado, de la muerte de Diana al Mundial de fútbol - o eventos violentos y reales, de guerras a genocidios. Pero eventos simbólicos de envergadura mundial, es decir no sólo de difusión mundial, sino capaces de poner en jaque a la misma mundialización - ninguno. A lo largo de esta estagnación de los años 90 se ha extendido la "huelga de los eventos" (según la expresión del escritor argentino Macedonio Fernández). Bueno, se acabó la huelga.

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sábado, 16 de junio de 2007

EL OTRO POR SÍ MISMO

Por Jean Baudrillard


EL OTRO POR SI MISMO
Resulta paradójico establecer el panorama retrospectivo de una obra que jamás se ha pretendido prospectiva. Es como cuando Orfeo se vuelve demasiado pronto hacia Eurídice y con ello la envía para siempre a los Infiernos. Hay que hacer como si la obra se preexistiera a sí misma y presintiera su final desde el principio. Esto puede ser de mal augurio. Sin embargo, hay ahí un ejercicio de simulación capaz de entrar en resonancia con uno de los temas fundamentales del conjunto: hacer como si la obra estuviera cerrada, como si se desarrollara de una manera coherente, como si siempre hubiera existido. Así que no veo otro modo de hablar de ella sino en términos de simulación, un poco a la manera como Borges reconstituye una civilización perdida a través de los fragmentos de una biblioteca. Es decir, no puedo plantearme el problema de la verosimilitud sociológica, al que, por otra parte, me costaría muchísimo responder, sino ubicarme /7/ simplemente en la posición del viajero imaginario que tropieza con estos escritos como con un manuscrito olvidado y que, a falta de documentos suplementarios, se esfuerza en reconstituir la sociedad que describen.

(*) Fuente: Jean Baudrillard, El otro por sí mismo. Anagrama, Barcelona, 1997.
(Ed. Original: L’autre par lui-même (Habilitation), Éditions Galilée, París, 1987)

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